Tarde de invierno, el cielo se va encapotando y poniendo gris, a lo lejos vemos los rayos de una tormenta que se va acercando. Recordamos que hace tiempo alguien nos dijo que el intervalo de tiempo que hay entre que vemos el rayo y escuchamos el trueno nos ayuda a averiguar cuán lejos está la tormenta del lugar en el que nos encontramos, por cada segundo un kilómetro. Y por fin ha llegado, la tenemos encima. Puedes ser de los que se atemorizan con el ensordecedor estruendo provocado por los truenos o de los que disfrutan viendo caer la lluvia por la ventana, pero seas del tipo de persona que seas, es posible que no te hayas parado a pensar en los beneficios de los relámpagos para el medio ambiente. Numerosos estudios demuestran que los rayos producen ozono en la parte alta de la atmósfera que se distribuye donde es más necesario para protegernos de la radiación ultravioleta. Leer más