Filtraciones de agua

Existen varias versiones sobre su origen: a veces considerado hijo de Cres y padre de Hefesto, en otras leyendas se menciona a Hefesto como su creador y es un autómata, otras versiones lo consideran el último de una generación de gigantes de bronce o la creación del inventor Dédalo. Hablamos de Talos, un gigante de bronce que, según la mitología griega, protegía Creta de los invasores. Lo que si tienen en común todas las leyendas es la diminuta vena que recorría su cuerpo desde el cuello hasta el tobillo.

El final de esa vena estaba rematado con un clavo en el tobillo que impedía que se desangrara, ese era el único punto débil de este ser con cuerpo de bronce. Hay varias versiones acerca de su muerte pero todas coinciden en el hecho de que se consigue extraer ese clavo y el gigante muere desangrado derramando el icor (el mineral presente en la sangre de los dioses o la misma sangre de estos, dorado en apariencia y venenoso para los mortales).

La historia de Talos, en concreto la protección de ese clavo al final de la vena, puede recordarnos a los elementos de protección que se utilizan en la construcción para evitar las fugas de agua o, mejor dicho, las filtraciones de agua en el interior de nuestros hogares o en las naves industriales. En el caso de las naves industriales es muy común la colocación de cubiertas deck por su excelente impermeabilización así como su amortiguación del sonido. Se colocan rápidamente y son muy efectivas. En el caso de los hogares, las filtraciones de agua pueden evitarse gracias a la colocación de telas asfálticas, pinturas elastoméricas o cemento hidrófugo (este último es más común en la construcción de piscinas).

Tal y como el clavo de Talos le servía de protección, estos elementos también protegen los locales de las filtraciones de agua que pueden generar muchos problemas si no las arreglamos lo antes posible.