La casa de tus sueños

¿Cómo es la casa de tus sueños? ¿Grande, pequeña, en el campo o en la ciudad? Está claro que para gustos los colores (o en este caso las casas), porque la casa de los sueños de cada uno puede ser muy diferente. Algo muy común es pensar en las típicas casas de campo, con su tejado inclinado recubierto de tejas sobre las que fluya el agua en tardes de tormenta. De hecho, esas son las casas que los niños suelen empezar a dibujar, siempre con el tejado rojo. Cuando vemos ese tipo de construcción sólo vemos la apariencia externa, pero hay muchos detalles que, bien ejecutados, hacen que la vida en su interior sea cómoda.
Pensemos, por ejemplo en lo que hace falta para evitar las goteras, recordemos que estamos en medio del campo y, como seguro que nos encanta el verde de la naturaleza, éste no viene por casualidad sino gracias a las lluvias. Así, no basta con que nuestro tejado esté inclinado y nuestras tejas bien puestas, debemos asegurarnos que bajo ellas tengamos un buen material impermeabilizante. Las placas bituminosas son ampliamente utilizadas para esta labor en cubiertas con al menos un veinte por ciento de inclinación. También pueden utilizarse como alternativa a las tejas ya que hay diferente tipos de placas onduladas y de diferentes colores. Suelen estar recubiertas por un mástico bituminoso (elemento impermeabilizante) por ambas caras, se colocan fácilmente y son bastante ligeras. Si en la casa de tus sueños quieres colocar este tipo de placas debes saber que hay que hacerlo de abajo a arriba y previamente se debe instalar una banda de desagüe (se puede realizar con la misma placa). Tras la primera fila colocada con las faldillas hacia arriba, colocamos una segunda hilera por encima y en posición normal (faldillas hacia abajo). Acto seguido, clavamos las dos primeras capas en cinco puntos y siempre por encima de las ranuras. Los bordes de las siguientes filas deben colocarse de manera que sólo se vean las faldillas, en la misma línea. Las hileras deben intercalarse de tal modo que el centro de las juntas coincidan y luego clavarlas como hicimos en la primera fila. En la parte final, justo donde se unen los faldones de la cubierta (cumbrera) y donde se hallan las cornisas, recubrimos con una banda fijada con clavos encima de las placas dobles.
Y de esta forma tan sencilla (más o menos) ya tienes cubierta la casa de tus sueños a prueba de aguaceros.