Humedades en el techo
Hace un tiempo me encontré con una sorpresa en el balcón de mi casa. Justo en una de las esquinas pegando al techo vi un pequeño montículo de barro endurecido. Al día siguiente era más grande, así que dediqué un poco de tiempo a observar que ocurría. Que sorpresa la mía al ver revolotear cerca de mi balcón a un par de golondrinas. No se acercaban pues yo estaba en el balcón, así que me metí dentro. En poco tiempo ya tenían el nido hecho.
Era bonito verlas ir de aquí para allí, y más aún cuando nacieron los pollitos. Los oías piar y asomar la cabeza en busca de comida. La parte negativas de tener uno de estos nidos en el balcón es que lo dejan todo hecho un asco ya que llenan las paredes y el suelo con sus excrementos. Cuando se fueron quité el nido (obviamente no iba a hacerlo mientras anidaran allí), cosa bastante complicada ya que se había endurecido una barbaridad. Al año siguiente, en cuanto empezaron a crearlo de nuevo (al parecer vuelven al mismo sitio) lo fui quitando para que anidaran en otro lugar, eso fue más sencillo que quitarlo tras su marcha y tener que limpiar el balcón cada dos por tres. En ese momento aprendí la valiosa lección de actuar sin demora en ciertas situaciones, es más sencillo y más fácil que dejarlas pasar. El caso de las humedades en el techo es muy parecido. Pueden aparecer humedades en el techo por muchas razones: un escape de agua en la casa del vecino, la rotura de una tubería interna, grietas en el techo o las paredes… si no las solucionamos se convertirán en molestas goteras. Si empezamos a ver humedades en el techo actuemos igual que haríamos si no queremos que aniden golondrinas en nuestro balcón, rápidamente. Contratemos a una empresa de impermeabilizaciones que se encargue de buscar el origen de esas filtraciones y lo reparen lo antes posible.